¡Y me tenía que quemar el dedo, pero estuve media hora con el dedo en agua con hielo y listo! También ponerse la tela de la cáscara del huevio sirve para las quemaduras. Pero volviendo a la receta, de verdad, es una maravilla y si le presentas con helado de vainilla llegas al cielo, eso no más jajaja.
En un bol mezclar todos los ingredientes secos, que quede como arena.
Agregar el huevo y amasar, debe quedar una masa suave. Llevar al refrigerador por 30 minutos en papel transparente. Sacar del refrigerado, agregar un poco de harina para uslerear, debe quedar de 3 cm de espesor.
En un sartén para horno agregar la taza de azúcar, cuando esté dorado agregar la mantequilla y mezclar bien. Luego sacar del fuego y poner los damascos en el caramelo con mucho cuidado -si te da susto ayúdate con una cuchara sopera y otra para ir poniéndolos-, siempre la parte del gajo hacia el caramelo, poner encima la masa de los damascos -con cuidado que todo el relleno está caliente- y para meter la masa en el sartén usar una cuchara de sopa, sino queda muy prolijo no pasa nada, esta tarta va al revés nada de las imperfecciones de la masa se van a ver. Hornear por 20 minutos hasta que esté dorado, dejar que se entibie y desmoldar, servir con helado.
Chilena de corazón, autodidacta de la cocina, amante de todo lo peruano empezando por mi marido. Llevo el amor por la cocina inculcado por mi abuela Filomena, amante de los sabores y las creaciones propias. Mis profesiones son: mamá de Diego y Victoria, periodista, empresaria y cocinera, una mezcla atómica, como dice mi twitter @polinenlacocina. Mi blog lleva más en el ciberespacio, lugar donde dejo las recetas que me gustan, algunas fáciles, otras con más dificultad pero con un dejo de felicidad cuando le das el primer bocado. Te invito a mi mundo culinario.
Además soy coautora junto con Bárbara Achondo, Pilar Hernández y Claudia Varleta de dos libros “Del Blog a la Mesa” y “Del Blog a la Mesa para Niños.
